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James Lamb PDF Imprimir E-Mail

James Lamb

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Nació en Edimburgo, Escocia. Sus padres fueron los escoceses Rodolfo Lamb y Juana Peddie. Llegó al Puerto de La Guaira en la fragata Fénix con Matteo Gallagher y la primera imprenta que tuvo Venezuela, procedente de Trinidad, el 23 de septiembre de 1808.

Lamb realizó este viaje después de que culminaran con éxito los trámites encomendados al ciudadano Francisco González de Linares, quien tuvo la tarea de contratar una imprenta para Caracas en Puerto España. Esta transacción se hizo a través de don Manuel Sorzano, quien había llegado a Caracas enviado por el Gobierno español, y luego a Trinidad como Contralor Principal de Ejército y Real Hacienda.

Imprimió con Mateo Gallagher el primer periódico venezolano, la Gazeta de Caracas, cuyo número inaugural vio la luz el 24 de octubre de 1808 en el taller de imprenta de Gallagher y Lamb, el socio industrial.

El 19 de abril de 1810 significó una transformación para el taller de imprenta de estos dos extranjeros, quienes en noviembre de ese año, y para responder a las necesidades del nuevo régimen, incrementaron la actividad del establecimiento. Así, se convirtieron en los “Impresores del Gobierno” en octubre de 1810, trabajando de día y de noche para satisfacer a la Junta de Caracas.

La Gazeta de Caracas siguió creciendo en 1811 con la colaboración de las autoridades de la Nueva República, pero las diferencias con Francisco Isnardi ocasionaron una caída progresiva que los llevó a dejar de ser los impresores del nuevo Gobierno. Juan Bailío se convirtió en el verdadero impresor de la Independencia, y Juan Gutiérrez Díaz en el impresor de la causa realista.

Francisco Isnardi tenía una formación enciclopédica, y tuvo una importante participación en la primera etapa del proceso de emancipación venezolana. Una vez instalado en Güiria con 15 esclavos de su propiedad a finales del siglo XVIII, formó una biblioteca muy completa de 102 volúmenes.

Resultaba sospechoso para sus vecinos porque no se conocía su religión, enseñaba idiomas extranjeros a sus esclavos, y porque se decía que escondía armas en su propiedad.

De acuerdo con las autoridades, antes del 19 de abril dse 1810, Isnardi había hecho circular papeles revolucionarios. Lo cierto es que colaboró desde el principio con el movimiento insurgente. A finales de ese año Francisco de Miranda llegó a Venezuela, y se relacionó con Isnardi, con quien quería encontrarse desde 1798.

Después de publicar los únicos tres números de El Mercurio Venezolano y El Publicista de Venezuela, Isnardi fue designado por el Congreso, el 5 de julio de 1811, colaborador del diputado Juan Germán Roscio en la redacción del Acta de la Independencia, y firmó la Constitució Federal en diciembre de ese año.

Domingo de Monteverde, quien lo envió a España con otros siete patriotas, entre los que se encontraban Juan Germán Roscio y José Cortés de Madariaga, los llamó los “ocho monstruos”. Estuvo en el penal de Cádiz con sus compañeros de prisión, y luego pasaron al presidio de Ceuta, en África del norte.

Fue liberado al principio de 1820, después de la revolución de Rafael del Riego, y su rastro desapareció.

Fuentes:

- Diccionario de Historia de Venezuela. Fundación Polar.

- La mentalidad venezolana de la emancipación. Elías Pino Iturrieta.

 

Lamb se quedó al frente del taller en Caracas cuando Gallagher se marchó definitivamente, en 1811, a Puerto España. Pero la imprenta siguió llevando el nombre de Gallagher y Lamb.

En 1815 el jefe de la expedición pacificadora, General Pablo Morillo, adquiere el taller de imprenta para usarlo en su campaña militar, pero la tardanza en el pago redujo a Lamb a la indigencia, sin que tuviera ninguna posibilidad de trabajar.

En 1818 apareció en una lista de extranjeros expulsados cuando el Gobierno del Rey calificó como peligrosos y espías de los patriotas a todos los residentes extranjeros. Entonces el asesor Juan Manuel Oropeza recomendó que se le diera un plazo para cerrar sus negocios en Caracas.

El 19 de enero de 1819 recibió de los Ministros de Real Hacienda los últimos ochenta y nueve pesos y dos reales que le adeudaba el General Morillo. No se conoce su destino final ni el lugar de su muerte.

Fuentes:
Diccionario de Historia de Venezuela
Fundación Polar

Edición facsimilar de la Gazeta de Caracas.
Academia Nacional de la Historia
Estudio preliminar al Tomo I de Manuel Pérez Vila

 
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