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En la clandestinidad Imprimir E-Mail

Rómulo Betancourt ha decidido no dejarse atrapar y quedarse en el país de manera clandestina para lograr un objetivo principal: establecer los lineamientos teóricos que le den consistencia ideológica y doctrinaria al PDN. En este proceso, a la vez Betancourt va dando forma a lo que va a ser su propio proyecto político para la democratización y modernización de Venezuela.

La clandestinidad no era nueva para él, ya en Costa Rica aprendió lo que era estar “enconchado” y bien conocía las dificultades que se le avecinaban, pero aún así asumió de nuevo esta condición.

El 9 de marzo de 1937 empieza a escribir en el diario Ahora la columna “Economía y Finanzas”, creada y escrita en sus inicios por Carlos D´Ascoli pero abandonada a fuerza de su expulsión del país a raíz del decreto presidencial de marzo de 1937. Así Betancourt asumió el reto de escribir una columna diaria desde la cual analizaba la situación venezolana en diversas materias —económica, fiscal, agropecuaria, administrativa, petrolera, etc.— y además presentaba soluciones a los problemas que aquejaban al país. También ésta va a ser una actividad importante en la construcción de su proyecto político, y éste el momento propicio para sus definiciones ideológicas.

Romero (2005) describe el pensamiento de Betancourt como “económico antiliberal, de capitalismo de Estado y socialista pero, en lo político, de índole pluralista, policlasista, populista, nacionalista y anti-imperialista no ortodoxo” (p.54). Y fue en torno a estos ideales que el líder político fue forjando su liderazgo y definiendo las líneas del partido único de las izquierdas, el PDN.

Éste partido requiere urgentemente una reorganización puesto que, como explica Romero (2005) “cuando el gobierno de López Contreras le cierra definitivamente los canales legales de participación política, habían dejado a este partido prácticamente desmembrado” (p. 55). También se hacía necesario para el partido (y para Betancourt) la amplificación del radio de influencia de la organización para que se extendiera a todo el territorio nacional. Asimismo había que emprender las definiciones ideológicas tendientes a concretar un grupo realmente comprometido con los ideales de la izquierda democrática, es decir, eliminar los factores con visiones de país diferentes a las de la corriente betacourista: los comunistas.

Betancourt no sólo quería ser el diseñador del partido sino también su líder, su conductor; pero existía otra figura que para el momento seguía manteniendo el protagonismo: Jóvito Villalba. Aún Betancourt no puede —ni se plantea— sustituir el liderazgo carismático de su compañero, gran orador y mártir de las cárceles de la dictadura de Gómez. Pero, a pesar de la amistad que unía a ambos dirigentes, el deslinde fue inevitable. Políticamente ambos tenían concepciones distintas de lo que debía ser el partido. Así, en el interior de la organización se empezaron a perfilar choques y divisiones. Juan Bautista Fuenmayor, comandante de ala pecevista del PDN en el Zulia, explica en sus memorias estas dos corrientes que se van definiendo:

La jovista y la romulera. La primera más flexible, más inclinada a la unidad con el PCV, más conforme con la idea de un frente democrático, sin sectarismos e izquierdismos como los del 36. La segunda más rígida, agresiva hacia el PCV, con mayores ambiciones de alcanzar el poder en breve plazo (Fuenmayor, 1986; cp. Caballero, 2004, p. 168).

En principio Jóvito Villalba asumió el papel de Secretario General del PDN, luego a causa de su envío al exilio le corresponde a Betancourt asumir las riendas del mismo. Más tarde, Villalba regresó al país para seguir en la dirección del partido de manera clandestina y aquí comenzaron a hacerse más perceptibles las distintas concepciones de ambos líderes con respecto a las acciones que debía emprender el partido. En abril de 1939 se produjo la división definitiva, Villalba regresó a su exilio en Colombia y Betancourt vuelve a estar al frente de la dirección del PDN; sin embargo los lazos de amistad no se rompieron.

Ya en febrero de 1938 se había producido también la ruptura entre el PCV y el PDN, en la cuál Betancourt influyó poderosamente, ganándose en algunos casos el reclamo de sus compañeros orvistas, que lo calificaron de “sectario”.

Ahora con el partido más unificado, Betancourt se dedica con ahínco a su propósito de conformar una organización fuerte, que tuviera influencia en las masas. Caballero (2004, p. 171) reseña que Betancourt logró en este período reunir a un equipo brillante de militantes. El 27 de septiembre de 1939 se efectuó la primera Conferencia Nacional del PDN, donde además de tratar temas como la estructuración del partido, sus bases teóricas, doctrinarias y programáticas ya elaboradas, se eligió a los que conformarán el Comité Directivo Nacional, entre quienes destacan Inocente Palacios, Alejandro Oropeza Castillos, Raúl Leoni, Luís Lander, Gonzalo Barrios, Valmore Rodríguez, Leonardo Ruiz Pineda, Luis Beltrán Prieto Figueroa, entre otros.

A pesar de las pugnas con el PCV y la posterior separación de este partido del PDN, ambas organizaciones trabajaron unidas en determinadas actividades con el fin de constituir una oposición más fuerte ante el lopecismo. Romero (2004, p. 58) señala que para las elecciones del Concejo Municipal de Caracas realizadas el 27 de junio de 1937 unieron esfuerzos y obtuvieron la elección de tres opositores para cargos municipales. Igual ocurrió en las elecciones municipales de septiembre y diciembre de 1938 en las cuales ganaron cuotas más importantes de poder.

Todo este trabajo organizativo, lo llevaba a cabo Betancourt mientras escribía la columna “Economía y Finanzas” del diario Ahora, lo que supone una intensa actividad a la que se sumaba su preocupación por mantener a su familia y velar por su bienestar. Su esposa e hija se encontraban en una casa que trataba de mantener bajo vigilancia mientras que él procuraba cambiar constantemente de escondite (“de concha”) para evadir la persecución policial. Esta situación duró hasta el 20 de octubre, cuando fue apresado y luego expulsado del país a Chile, adonde fue con su familia.

 
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